viernes, 2 de noviembre de 2007

Aun más al sur


¿Por qué todo retorno tiene que saber a nostalgia? Es matar un poco el espíritu del reencuentro. La novela, por fin, terminada, ahora yace en bits, quieta, pero concluida. En mi disco duro, en los de algunos amigos. Lo del editor será más lejano. Cómo me increpaba algún lector lejano a/de este blog: ¿a vos, quién te lee? Y sin embargo, el mero haber puesto punto final, esa fiesta, no me la quita nadie. Si la suerte de la novela ha de ser la de cuanto hizo Dickinson (y no aspiro a la experiencia de Melville, más cruel, de ediciones cortas invendibles) de ir a un cajón para ser redescubierta años después de su extinción física, poco importará ya (que los muertos, eso espero, no sienten). La novela está hecha y es una cosa menos en mi cabeza y una alegría corta en el resuello. Tengo ya espacio para divagar entonces por la web. De paso, pasear por ahí. Al último faro de la masa continental (más al sur, todavía, están la insular Tierra del Fuego y la Antártida). Cerca (¿pero que significa cercanía en estas vastedades?), las ruinas de Puerto Hambre y de cientos de barcos hundidos, estancias de 25 mil hectáreas, ovejas desperdigadas como motas níveas por la estepa y cien mil pingüinos que aprovechan el escueto verano para hacer nidos y criar.

2 comentarios:

Gustavo Adolfo Chaves dijo...

Fíushhh! Merci... Decía, mi muy recordado ALFONSO, que me alegra tanates volver a leerte acá, en tu nostálgica latitud. Felicidades por tu nueva novela y mucha suerte en la carrera por editarla. Y si no te leo más hasta enero, muy felices fiestas, de verdad...

Dante Bertini dijo...

llego tarde?
espero que vuelvas y me avises de que lo has hecho. gracias

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