domingo, 1 de agosto de 2010

En el hemisferio

Hay siete hombres bajo la lluvia, siete paraguas alrededor de un poyo en cualquier parque; alguien lee un evangelio desde un pedestal. La ciudad, húmeda, es friolenta por engaño y los perros ambulan sus hambres por las calles en fuga. Siempre es posible sorprenderse por ese San José que existe en su grandes fealdades y sus bellezas chicas, regodearse entre el abandono de los lotes baldíos donde todavía queda algún trozo de historia y encanto flotando salvo de la marea que lo quiere borrar todo. Uno de los siete hombres tose. Hay un retumbo tuberculoso de flemas y un escupitajo que revienta verde contra el piso que se empoza. Pero el predicador no se detiene en su convencimiento, de que su misión es nueva e ineluctable. Yo creo que, simplemente, los siete hombres encuentran en las llamas de su boca un refugio contra el agua y el viento. Contra la indolencia y la ciudad que se desmorona.

1 comentario:

Roncahuita dijo...

Un placer conocer tu sitio y tu obra.

te invitamos al nuestro:

http://generacionrebelde-roncahuita.blogspot.com/

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