sábado, 31 de mayo de 2008

Algo más para la nostalgia

Dando vueltas por YouTube. Un par de clásicos de aquel rock-pop electrónico con que fui a la Universidad. Depeche Mode (Personal Jesus) y New Order (Blue Monday). Las noches de disco y fiestas de año nuevo en la playa vienen ahora como dulces memorias de días que quizás entonces eran aburridos. La música, empero, sigue estando bien. Entretanto, voy releyendo Balthazar (¡antigua edición francesa!, la primera vez la leí en español, nunca he podido dar con un original en inglés), segundo tomo del cuarteto de Alejandría de Durrell. Ciudad inefable en la ensoñación del autor, exploración del recuerdo que traiciona y de las múltiples aristas de cualquier verdad, cruce de amores y anhelos que nos vuelven extraño el país del recuerdo (la cita de Hartley es cada vez más punzante desde el invierno austral).

2 comentarios:

Silvia Piranesi dijo...

volver emocionado a un pasado aburrido es extraño, pero así es.. dónde reposa la nostalgia.. en devolverse nomás?

saludos

Alfonso Chacon Rodriguez dijo...

La nostalgia reposa en esa imposibilidad de volverse atrás, siempre lo inalcanzable se vuelve deseable.
Saludos, Silvia

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